domingo, 30 de septiembre de 2007

El amor comienza por uno mismo…

Como me miro yo, como me miras tu, como me miran ellos, como me miran ustedes....

Las Historias se repiten...

Hubo una vez, así siempre comenzaban los cuentos que leía de niña, un reino mas allá de nuestra imaginación en que había un príncipe, muy querido por todos, el que un día se topo con una bruja que le dijo:
“Nunca serás hermoso, hasta el día en que seas amado por lo que eres”.

Así desde ese día, el príncipe se veía al espejo y en su reflejo miraba solo un sapo.
La gente a su alrededor le decía que no se preocupara, que todo esto, no era mas que algo pasajero en su vida, sin embargo, el príncipe testarudo decidió buscar alguna bella que lo devolviera a la normalidad.

Busco por muchos lugares, dentro de su propio reino, sin encontrar a ninguna que satisficiera sus requerimientos, era sapo, pero también exigente.

Unas eran muy feitas, otras muy holgazanas, algunas hermosas princesas sin nada más sobre sus hombros que cabeza y cabellos.
Así paso muchísimo tiempo de buscar alguien que lo transformara y se fue quedando solo, esperando siempre a aquella que le salvara de este predicamento.
Lo mas complicado de todo ello, era además que alguna de estas bellas lo aceptara y le diera un besito. Darle un beso, esa es la solución de los cuentos, pero tenía que ser de cariño real.
Un día caminaba por el jardín, como siempre despreocupado, y sin quererlo se topo con una amiga de infancia que no veía hacia mucho tiempo. Grande fue su sorpresa al percatarse que la niña, no le miraba raro como los demás, sino que con toda soltura se dirigía a el olvidando su condición.
Así pasaron los días en que cada vez se entendían mejor, realmente eran buenos amigos, así al príncipe-sapo se le ocurrió que quizás su amiga era la solución a su problema.
De este modo se puso en campaña para conseguir ese beso que lo devolvería a la normalidad.
Por su parte la niña se extrañaba mucho de la nueva actitud de su amigo, mas aun, se extrañaba de todos los chismes que corrían en torno al príncipe...
Imagínense un sapo-príncipe. Pero nunca hizo caso, para ella el príncipe era el mismo amigo de siempre.
Así un día, sin importar que pudiera pensar su amiguita, finalmente la beso. Como ella le tenía gran cariño, era muy probable que le devolviera a su antigua condición, volver a ser aquel que fue una vez.
Llegando a palacio se miró al espejo y... Oh!, cual fue su sorpresa al percatarse que nuevamente era el de antes, por fin podría acceder a cualquier princesa de los reinos adyacentes, no tendría que conformarse solo con una persona normal, cumpliría todos sus sueños.
Inmediatamente partió corriendo a agradecerle a su amiga por el gesto, pero al encontrarla frente a frente, horror!, ella era una rana.
El siguió manteniendo su amistad, no obstante, ella nunca entendió nada de lo que pasaba. ¿Por que este cambio?, si ella nunca ha sido sapo, tal como el nunca lo fue, el siempre siguió siendo, la misma hormiga que ella conoció desde niña, cuando aun era una “larva”, la misma hormiga que ella veía reflejada en su espejo, la misma hormiga capaz de realizar cualquier cosa, cualquier sueño.... ella aun no entiende...
Después de todo, la bruja no era bruja, era solo una hormiga vieja y sabia que le había dicho la verdad a un príncipe que se guiaba mucho por las apariencias y el que dirán...
El amor comienza por uno mismo…

1 comentario:

PoetaRulZ dijo...

"yo tambien extraño escribir con la punta de los dedos en tu espalda, empapada de agua de mar, a orillas del oceano"

Sencillez y sopresividad; pero al mismo tiempo un mensaje que sacude violentamente, la estructura intriseca del ego. Maravilloso cuento; especialmente por la forma en que se entrega el mensaje.

como mencione hace un rato, para remontar mi carrera, debere antes, asesinar varios escritores.


muchos Saludos
poetaRulZ
(envidiandote)
=P