viernes, 2 de diciembre de 2016

Camino al trabajo

Me causa gracia leer a tanto pomposo con apellido e hijo del privilegio hablando "del pueblo"
O como leí hace tiempo a mi amiga Matti (otro apellido grandilocuente) en una publicación popular digital : yo antes no sabía de esto.
Obvio, si vivieron y viven en una burbuja. Creyeron que con un par de trabajos de verano, invierno o voluntarios pueden ponerse en esos zapatos.
Por eso revuelcate en la tumba Pablo... no el gordo Neruda de los privilegios, el otro, Rokha, el de los ramales en tren.
Voy camino a mi trabajo a visitar a un viejito que está en pie a las 5.
Cuando llegue al pie del cerro, tendré que cruzar el cerco, seguir por la cañada donde se encuentra su casa, que en verdad son unas tablas paradas, piso de tierra y una "cocina" hechiza a leña.
Nos tomaremos un tecito, no vino blanco, el de verdad, porque la gente de campo es amable
Espero que las ovejas no esten de saltarinas y que los cuatreros no le roben este año, pues en el campo cuando a los maiceros les va mal, al resto también.
El día está brumoso, ya despejará.