sábado, 22 de septiembre de 2007

Huyendo Del Monstruo Del Amor...

Muchas veces se me ha preguntado, porque Dafne?. Bueno el nick fue elegido y basado en la historia de Apolo y Dafne.

Apolo, era uno de los dioses griegos más importante. Estaba presente desde los oráculos de Delfos, hasta la simbología del dios sol, además de ser el dios de las artes.

Apolo era un gran cazador fue el causante de la muerte de la temible serpiente Pitón que se escondía en el monte Párnaso. Acabó con ella mediante varios disparos de sus flechas en el templo de Delfos, lugar sagrado donde se pronunciaban los oráculos de la Madre Tierra.
Así Apolo reclamó Delfos para sí.

Orgulloso Apolo de la victoria conseguida sobre la serpiente Pitón, un día se burlo del dios Eros por llevar arco y flechas siendo tan niño:-¿Qué haces, joven afeminado -le dijo- con esas armas? Sólo mis hombros son dignos de llevarlas. Acabo de matar a la serpiente Pitón. Confórmate con que tus flechas hieran a gente enamoradiza y no quieras competir conmigo.

Irritado, Eros se vengó disparándole una flecha de oro, que le hizo enamorar locamente de la ninfa Dafne, mientras que a ella le disparó otra flecha, de plomo, que le hizo odiar el amor y especialmente el de Apolo.

Dafne era una ninfa cazadora consagrada a Ártemis, y por lo tanto, rechazaba cualquier tipo de amor masculino, y por supuesto, no quería casarse.

El enamorado Apolo persiguió locamente a Dafne. Mientras, ella huía de él. Pero, poco a poco, Apolo fue reduciendo distancias y cuando iba a darle alcance, y se encontraba ya cansada, Dafne pidió ayuda a su padre, el río Peneo de Tesalia:

- ¡Padre mío! si es verdad que tus aguas tienen el privilegio de la divinidad, ven en mi auxilio..., o tú, tierra ¡trágame!... porque ya no veo cuán funesta es mi hermosura...

Apenas había concluido la súplica, cuando todo su cuerpo se pone rígido: sus entrañas se
cubren de una tierna corteza, los cabellos se convierten en hojas, los brazos en ramas, los pies, que eran antes tan ligeros, se transforman en retorcidas raíces, ocupa finalmente el rostro la altura y sólo queda en ella la belleza.

Este nuevo árbol es, no obstante, el objeto del amor de Apolo, y puesta su mano derecha en el tronco, advierte que aún palpita el corazón de su amada dentro de la nueva corteza, y abrazando las ramas como miembros de su cariño, besa aquél árbol que parece rechazar sus besos.

Por último le dice:- Pues veo que ya no puedes ser mi esposa, al menos serás un árbol consagrado a mi deidad. Mis cabellos, mi lira y aljaba se adornarán de laureles. Tú ceñirás las sienes de los alegres capitanes cuando el alborozo publique su triunfo y suban al capitolio con los despojos que hayan ganado a sus enemigos. Serás fidelísima guardia de las puertas de los emperadores, cubriendo con tus ramas la encina que está en medio, y así como mis cabellos se conservan en su estado juvenil, tus hojas permanecerán siempre verdes...

Es triste, no importa como sea, siempre existe la necesidad de posesión y la dominación masculina en la historia, el sentido de propiedad, como si una mujer fuese una cosa... “te presento a MI mujer”, “no la mires”, “no la toques”, “es mía”, “es mi adorno”... el padre de Dafne se equivocó, debió darle alas...

No hay comentarios: