miércoles, 19 de marzo de 2008

Tibia


Como comenzar, si ella siente que esto se acaba.
Se podría decir que todo empezó cuando con un par de tragos de más, su amigo de siempre, tan tranquilo, tan distinguido, le leía a través de la pantalla del computador. Por Messenger trasmitía unas letras muy sensuales y provocativas, que hablaban de sus experiencias amorosas.
El abría cada vez más sus ojos, mientras el color le subía al rostro, la temperatura se elevaba y su anatomía cambiaba. Con cada palabra iba descubriendo a la mujer sensual y sexual que ella era.
Todo comenzó por unos tragos y las historias de las historias, las aventuras amorosas jamás contadas ni a sus amigas.
A el le entusiasman sus historias, eso lo sabe ahora, cuando ya no se las cuenta, las vivieron juntos.
Pero las cosas últimamente no estaban bien, recientemente, más que nunca, debía poner gran esfuerzo por mantener la llama de la pasión encendida, pero el piloto fallaba. El ya no le producía cosquilleos, los cosquilleos a la distancia son solo fantasía y recuerdos, en ese sentido ella es bastante más terrena, prefiere el contacto real y no la ilusión
Es que los últimos acontecimientos en sus vidas, les había mantenido alejados por demasiado tiempo.
Quien lo diría, un hombre puede ser más resistente al enfriamiento amoroso que una mujer, se decía a si misma.
Ahora ella mantiene las cosas más o menos tibias, con la esperanza de que se vuelvan a ver pronto.
A ella le suponía gran trabajo, sentirse pareja de alguien a quien ve solamente 1 vez al mes. Pareja a quien ves solamente 12 veces en el año, con quien se hace el amor solo 12 veces en el año. Y el compromiso era estar juntos en forma exclusiva.
Trató de ser lo más fiel y devota posible, pero su naturaleza le jugó una mala pasada.
Una tarde se había encontrado con un ex, alguien sin importancia realmente.
Se tomaron unas copas en un bar para recordar viejos tiempos y terminaron besándose desesperados fuera del local.
Se marcharon en un taxi y a medio camino le pidieron al chofer que se detuviera en un terreno baldío.
El tipo sabía como a ella le excitaba esa clase de situaciones.
Se bajaron, el la tenía contra una muralla, la toco completa, beso, chupo e insito hasta el límite. En ese momento, aparecieron otros 2 tipos que habían estado mirando y les dijeron.
- Hey! luego nos toca a nosotros.
Entonces, haciéndose el machote, el tipo se arreglo como pudo y enfrento a los maleantes. Mientras le daban en el suelo una paliza inolvidable, ella ya estaba doblando la esquina en busca de un taxi.
No sabe cuanto corrió, solo corría y sudaba, ni siquiera recordaba a su ex o que no habían terminado lo comenzado, en sus pensamientos solo estaba el alejarse rápidamente de ahí.
Finalmente vio un taxi que hizo detener y se fue a su casa, sin siquiera mirar atrás.
Al día siguiente despertó muy temprano, con algo de dolor de cabeza, en su mente solo estaba una cosa, llamar a su amante, su pareja, su amigo de una vez por mes.
Le hablo con gran ternura, como hace mucho no lo hacía, fue muy dulce, se conversaron de todo aquello que harían cuando estuviesen juntos, de cómo se besarían, cuanta pasión habría, porque la urgencia del uno por el otro ya era demasiada.
Cuando terminaron de conversar, ella quedo muy contenta, la pasión había regresado y para celebrarlo le daría una sorpresa.
Tomo su auto, voló por la carretera y llego a su departamento.
Durante todo el camino solo tuvo pensamientos de remordimiento por lo poco constante que había sido, mientras que el estaba ahí, siempre fiel, nada de tibio.
Metió la llave que el le había regalado en la cerradura, abrió la puerta, se dirigió directo al dormitorio para despertarlo con besos, abrazos y su sexo urgido sobre el de el.
El, yacía boca arriba, despertó sobresaltado, asustado, a su lado, aun con modorra, se despabilaba una chica pelirroja de no más de 25.
El le dijo:
Te lo puedo explicar, no es lo que parece, usted siempre cree lo primero que ve.
Ella dejo la llave sobre la cama, ni siquiera se enojo, ambos se mentían, pero en verdad ya no tenía importancia.

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