martes, 22 de julio de 2008

De manzanas y naranjas



Ayer, momentos antes de dejarme pasar, le entregue una naranja. Me invito a compartirla, nos quedamos conversando tres milisegundos y seis días.
Geniales momentos.

Hubo mucha agua, sueños, nubes regordetas, caballos, caminos sinuosos, de tierra, complicados y misteriosos vehículos que vuelan.
Antes de marcharme, me entrego una manzana roja, de esas encantadas.
Yo solo la partí para verla y su carne era azul, como la que siempre esperé de mi príncipe creativo. Se me vinieron a la memoria tantos momentos.

No sé si estuvo bien o mal recibirla, solo la comí y me encantó.
Desde entonces se, de todas esas cosas que yo debía saber, para ser feliz con el creativo azul.
Por eso me encantan las manzanas, y espero este sábado, en que nuevamente lo veré. Se que mi príncipe me trae algunas, pero estas tienen olor a naranjas. Nada que hacer. O mejor dicho, todo.

1 comentario:

El Editor Jefe dijo...

Usted practica a veces, como yo, la salsa de recuerdos e ideas...

Eso es bueno, te permite trabajar y plantar un texto.

Es un recurso interesante, entonces... comamos naranjas?

=*