Eres Dios y eres notable,
como una instancia
y más allá de cuadro mismo,
parca, presuntuosa virgen,
lastre por el cual
nadie te carga,
devocionario triste
y escapulario,
capilla silente,
como azote de témpano
quedas, resultas incólume,
ante el altar callado.
…
Sin querer adoctrinar
se pinta, se acomoda
una tirita de papel silente,
en una alcoba deshabitada.
…
Se pinta con el viento
se asumen alforjas,
se propicia la amarra;
en lo personal,
la pintura adocenada las mató.
…
Pinta la pálida
y haciendo su pan
como ahogándose,
toda cubierta de masa;
por la harina
no se pregunten,
por la levadura, menos.
…
En resumidas cuentas
la pintura es una doña
infeliz, ingrávida,
sin peso,
una cantimplora de yeso
medio filtrándose.
…
Ahora el asunto
vuelve a ser con la pintura,
y esa cualidad inextinguible
y poco clara de la visualidad,
si no fuera por la música
no habría más palabras que decir.
…
La visualidad no es un postre
ni es un helado de tres leches.
…
Vaya, tú haces reflexiones
como si una voz te hablara,
y armas barricadas
y haces gesticulaciones,
y tu emoción es la tormenta
en un vaso de leche.
…
Y te rendiste
con las piernas abiertas,
y el enemigo llegó y entró
como Pedro por su casa,
no hubo ni pestillo,
picaporte, ni llaves,
si contigo se hicieron la América.
…
Si se enteran
va a quedar la grande
pero nada de nombres,
los caballeros,
no tenemos memoria.
…
Lo mejor de nuestras vidas
pudo ser desconocerme,
hacer como que nada
de caricias
o miradas lánguidas,
los chupones,
fueron a la manera
de una tercera persona.
…
Una pintura sencilla
es una muerte simple,
una vida de perforaciones
en el entramado
de una tela que se hunde,
ligera,
una pintura rara vez
es lo que parece.
…
Por el cansancio que tienen
los reconoceréis,
por lo enredado al hablar
y al tratar de mantenerse
despiertos,
por sus frutos
esos pantalones
casi cayéndose,
una comprensión
de lectura
deplorable,
pésima,
y unas mechas medio tiesas,
de sombrero,
un cerebelo abovedado
que a duras penas se mantiene.
…
Nuestro horario de salida es un asco,
nuestros jefes nos cargan la mata
como si fueran alforjas, nuestros clientes
ya parecen los pacientes de un psiquiátrico,
donde nosotros mismos,
hemos de tomarnos una tacita de té.
…
Esta es la hora de la tarde
cuando sale el cielo azul,
de entremedio de esas motas
grises, violáceas,
a cuyos pies los árboles
no son más que espíritus cansados,
cuyas gruesas cabelleras
dan lástima.
…
Cuando escriba algo decente
les avisaré,
el blanco de las nubes
es a las 14:20, como
para quedarse,
observando este cielo
en su mapa constante,
dentro de esta casa
de paredes anchas,
y de enormes ventanales,
y uno transcribe unas cartas,
que luego deposita en ataúdes.
y uno siempre está
esperando un automóvil,
tras el visillo,
como si fuera una pátina.
…
Vive con nosotros
este zafarrancho de combate,
y hay goteras en el techo
de la comunidad.
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