martes, 18 de agosto de 2009

Nadie es perfecto

Cuando veas una nube, piensa en mí...

El bus se movía demasiado como para poder mantener el pensamiento tranquilo.
Afuera llovía a baldazos y todos los pasajeros iban preocupados.
Tan distraída estaba en mis pensamientos, que todo aquello no me afectaba, excepto por el ir y venir algo agresivo del vehículo.
Entonces, me puse a escribir esto.
Tengo miedo, y tengo claro que eso no me hace una cobarde. Cobarde sería si no fuese capaz de enfrentar todo lo que temo.
Primero debo decirte que soy una mujer, que ya pasó por los veintitantos y que, estoicamente pasa por sus treintaitantos.
Primeramente soy una mujer; segundo, soy mamá. Sí, tengo un hijo, precioso, la persona más importante en mi vida.
No soy una mamá aprensiva y tengo claro que él sólo está prestado.
No soy perfecta ni representante de la mujer imperfecta.
Una parte de mis defectos es la incontinencia verbal.
Nunca he sido bella, bella, como las bellezas clásicas o estereotipadas, con cabellos al viento, nariz respingada ni mirada soñadora.
No siempre me veo maravillosa, ni tengo mi cabello en su lugar. Él, a veces, está completamente en mi contra, se enoja junto conmigo, contra mí.
Cada día tengo más arrugas y seguramente luego se me llenará la cabeza de canas.
Cuando me embaracé, engordé como una vaca, pero fue cuando más hermosa me he sentido.
Soy soñadora y algo incauta, por eso me enamoro muchas veces en forma descuidada, como si diera vuelta una taza de café sin advertirlo.

Le temo al amor, pero igual me enamoro.

A veces soy una trabajólica y abuso de las horas nocturnas.
Por las mañanas, amanezco despeinada y parezco un mapache, como creo que ocurrirá hoy si me desvelo demasiado escribiendo.
Necesito mis espacios, en especial cuando me siento algo arisca y con ganas de estar a solas conmigo misma.
Cuando veo buenas películas tristes, simplemente lloro y no me da vergüenza.
Cuando sufro, lloro.
Tampoco me averguenza cuando necesito de cariño, y lo pido abiertamente a quienes sé que me quieren.
Soy muy querendona, pero también puedo ser demasiado crítica con quienes aprecio. Eso, muchas veces, puede hacerles mal, pues si no me conocen lo suficiente, creen que es malintencionado. Será que exijo mucho a mis amores, pero no tanto como a mí misma.
A veces puedo ser muy hiriente. Y ni siquiera me doy cuenta, a menos que me lo digas.
Disfruto cada momento con calma, aunque camine apresurada.
Sufro de fiebres cerebrales si no soy capaz de comprender algo, y me obsesiono buscando respuestas o "la verdad" de las cosas.
Muchas veces soy mal genio.
Soy una homicida con manos frías, en palabras políticamente incorrectas. Y eso no hace más fácil mi existencia.
Puedo ser una tirana con el tiempo que prometen sólo para mí, porque lo exijo.
Puedo ser terriblemente celosa con el hombre incapaz de ser MI hombre
No soy la mujer perfecta. Soy una verdadera contradicción ambulante a veces.
Soy la mujer que deslumbra como si fuese el sol, pero después tratan sólo como una estrella fugaz.
Eso me agota.
Y esto, no es una advertencia. Simplemente soy yo.


http://dafne-en-viaje.blogspot.com/
Creative Commons License
Esta obra es publicada bajo una licencia Creative Commons.

No hay comentarios: