Caminando por la arena, el mago sigue sus propios pasos, la espuma del mar
besa sus pies, borrando su viejo camino.
Cada vez que la espuma le toca, el agua hierve y de las entrañas de este
mar nacen nuevos elementos.
A pesar de que el agua alivia sus pies cansados, el mago trata de evadirla,
tal como la mar lo rehuye en cada retroceso para no bullir.
Así, cada uno en su sitio, se eluden eternamente, por que saben o
sospechan, que su unión podría hacerlos desaparecer y dar paso a algo más,
que no será el mago ni este mar...
Sin embargo en una ocasión sucedió que de tanto andar por sus orillas, este
brujo se tentó y sumergió en sus aguas.
El suave y fresco liquido, acariciaba la piel desnuda del mago y el
contacto con la mar, hizo brotar de su espuma a la mujer que besaba sus
pies en las largas caminatas. En principio, una gran turbación colapsó su
mente ante la aparición, estaba acostumbrado a realizar "maravillas", pero
no una como esta, ni en forma tan inconsciente.
La espuma hecha mujer se apego a su cuerpo, mientras el, le abrazó del todo
dejando atrás sus preocupaciones de hechicero. La unión tranquila de ambos,
hacía que la mar estuviera plácida como un lago y que de sus profundidades,
variedades de peces fueran al encuentro de los amantes.
Llegada la tarde, los colores del crepúsculo anunciaban que ya era tiempo
de volver a caminar. De este modo, la espuma y el mago, se separaron para
seguir cada uno en sus asuntos.
Durante un tiempo, el mago aun caminaba por la orilla del mar, para
refrescar sus pies cansados y por las tardes se sumergía para ir al
encuentro de la dama de espuma. De este modo surgieron muchas formas de
vida, todos sus hijos poblaron los océanos y algunos mas tarde, acompañaron
al padre a la superficie.
Actualmente padre y madre de los elementos que pueblan esta tierra, están
unidos eternamente en los bancos de coral, en los alrededores aun se ven
sus hijos coloridos y siempre vida nueva fluye a su alrededor.