miércoles, 4 de marzo de 2009

Ella

Ella, ella dice que me hace sombras.
Será porque no pinta a colores,
porque se hace la lesa,
porque anda con la del bandido.
Ella que juega a la justiciera, a la niñita buena, a la que no quiebra un huevo.
Pues hoy hicieron tortilla, me los quebraron todos en la cara.
Se rieron de mí, hasta te saludaron en mi nombre.
Te hiciste la simpática y te creyeron.
Nuevamente tengo alergia a las zanahorias.
¿Pero que es la verdad?, ¿Cuál es la verdad?
-¿Que le hice acaso?-
Esto no era para mi, era para otro, yo soy solo un daño colateral.
Y yo, ¿ya no debo confiar más?
Chiquita, no se que te habrán echo, pero no me culpen a mi de tus penas.
Tu vive y deja vivir, yo me alejo si eso te deja tranquila.
Ya probaste tu punto, no hay confianza, sin embargo te equivocaste en otra cosa, yo no deje de existir.
No me importa que me vean la cara de tonta una y mil veces, prefiero vivir en la inocencia que caer hasta el infierno.
Solo deseo estar en paz, ya he tenido bastante con mis propios problemas, no deseo acarrear los de otros.
No quiero que una niñita de provincia, trate de… ¿cómo dijiste?, abrirme los ojos.
Sabes, no te considero mi enemiga, un enemigo es un igual; sigue tu camino, yo me salgo de tu ruta.
Hablen lo que quieran de mi, yo no estaré para escucharles, ni ver que aun tienes, ¿como era? "influencia sobre el".
A veces, perder es ganar.
Los siento mucho, adiós.

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