Serrano o no Serrano:
Zapatos negros de 16 años
se carga una profesora.
Mientras los gusanos festinan,
otros vermes mueren de hambre,
hacen declaraciones públicas por la tele
y sueñan proyectos de transporte urbano
Lejos de la urbe
un niño llora a su madre ausente,
mirando TV sin control parental.
Ella trabaja a 50 kilometros
kilos y metros, de tierra y piedras rurales.
Tevitos guerrean por el rating,
en tanto el homicida frustrado
piensa en su borderline
tan a la moda en los juzgados
Sui generis y surrealista
como la rebelión en soledad
de este señor falto de empatía,
a quien hoy nombro igual.
Su flor inexistente le sobrevivirá.
Total, el ya es cadáver
y en esa situación
todos son buenos
a menos que sea muy malo… escribiendo
Me despido,
esperando no me juzguen y menos
me agarren a palos.
Adiós Miguel Serrano
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