viernes, 14 de mayo de 2010

Confía en los que amor te Dan



“No espero que me digas que todo está bien, pero si sabes que no estoy conforme, por lo menos no me patees en el suelo con tu indiferencia…”
Rápidamente salió de su casa cerrando la puerta tras de sí.
La noche estaba muy fría, con niebla espesa y un olor a leña quemándose.
Miró el cielo, espero un momento, pero la puerta no volvió a abrirse. Se aprontó a caminar
-¿Puedo expresarme como cuando era más “joven” y decir persigue tus sueños?
Medea, Medea!! - se repetía a sí misma - Puedes amarlos durante años, cuidarlos alimentarlos y aun así te traicionarán. ¡Para que tener paciencia y seguir esperando!
Sus botas comenzaron a resonar en la oscuridad.
Sintió un sabor dulce metálico en la boca. Metió su mano en el bolsillo derecho, saco un pañuelo que se llevo a la nariz para limpiar un hilo de sangre que se asomaba.
Se detuvo un momento; sentada en el suelo, llevo ambas manos a la cabeza y acariciando su cabello unas lágrimas brotaron.
Volvió a frotarse con el pañuelo para seguir su camino.
Las nubes se abrieron dando paso a la luna que con su luz, dejo ver el rostro ensangrentado, sangre esparcida por el pañuelo y sus lágrimas.
Caminó por horas hasta que finalmente decidió volver.
-Se puede huir eternamente, hasta el fin del mundo, pero nunca sería lo bastante lejos.
Llegando a casa encontró sentado, durmiendo en el sillón a Alejandro.
El, despertó espantado y perplejo, pero atino a preguntar qué había sucedido y porque estaba manchada de sangre.
Se acercó y le acaricio el rostro, sus cabellos y le abrazó.
- Eres todo lo que quiero, siempre he tenido paciencia.
- Disculpa, es solo la presión, ella causa todo este alboroto.
- No seas escandalosa - la atrajo hacia sí - confía en quien te ama.
Envueltos uno con el otro, terminaron recostados, cansados y durmiendo sobre el piso.


http://dafne-en-viaje.blogspot.com/Creative Commons License
Esta obra es publicada bajo una licencia Creative Commons.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

NUNCA HE SENTIDO DE MANERA TAN INTENSA QUE USTED ES YO...
SOLO PALABRAS
KAREN

Dafne dijo...

jajaja
Habría que ser idiota?
Ya la pillé es de Sartre!!
"Si su aprobación me faltara, todo se desmoronaría y yo iría a la deriva" (J.P.S)
Pero no soy el, ni el soy yo, ni Cartor o simplemente Simone, apenas me alcanza para gata maullante-delirante
;)
Seguro que eres una Karen?
Saludos (ourvoi?)

Anónimo dijo...

Podria ser Karen o Jean Paul

Mi querido Castor:

Le escribo al calor de la lumbre, bien arrimado a la estufa, aunque el tiempo sea ahora mucho más clemente. Esta noche, incluso, hubo deshielo, y como la antevíspera las tuberías habían reventado, a eso de las dos un rugido despertó a Paul -yo dormía como un bendito-. Creyó que era el fuego, pero era el agua. Se vistió a toda prisa y se lanzó al pasillo, ya inundado. Hubo un tremendo ajetreo y finalmente cortaron el agua. No tenemos ni una gota para lavarnos -sabe usted que esto no me preocupa mucho-. Sólo es un fastidio por los retretes, que ahora no podemos limpiar, y en los que excrementos de diversas procedencias se interpenetran íntimamente al capricho de las heladas y deshielos hasta constituir un budín inmundo y voluminoso. “Hacemos” en el campo. Creo que Paul sufre las consecuencias y está estreñido por vergüenza de mostrar el culo.

El paisaje es siempre el mismo, un tenue polvillo de nieve, un poquito de blanco por todas partes, bastaría rascar apenas con la uña y aparecería el negro de la tierra helada y de los árboles. Estuve todo el día retocando pasajes de mi novela, en cuanto acabe me pondré a trabajar en Septembre; estoy contentísimo. Entre los secretarios y nosotros hay envidias de familia. Por supuesto, los envidiados somos nosotros. Parece que es mi suerte despertar envidia por todas partes, desde la Ciudad Universitaria hasta aquí. Pero, sobre todo, hablan. Es una clase de envidia débil e impotente que sólo conocía de oídas y que ni siquiera llega a la maledicencia.
Tania me escribe: “Estoy leyendo un libro estupendo que debo enviarte”. Me pierdo en conjeturas. ¿Será El diablo enamorado?

Hoy no ha habido carta suya. Pero como ayer tuve tres, no me quejo demasiado. Tengo muchísimas ganas de verla, querido amor mío. Éste es el período un tanto crispante en que el permiso se aleja o se aproxima de día en día, según las diferentes informaciones y el humor del cabo que hace las listas en el C.G. Pero voy a defenderme. Quisiera partir en quince días, si fuera posible. Hasta pronto, dulce Castor, que duerme ya tras haber esquiado tanto. Ya sabe que me levanto tempranísimo, como usted. Cuando usted se está calzando sus pequeños esquís, yo hace tiempo me he puesto mis polainas y he bajado a medir el viento para telefonear un panorama general al puesto meteorológico del cuerpo de ejército. Duermo poco pero estoy animoso. Hasta mañana, mi pequeña flor, la quiero con todas mis fuerzas.

Primero de enero, 1940

Dafne dijo...

Esta hermoso!, gracias.