miércoles, 20 de febrero de 2008

Mi Otra Yo


Desperté con un grito ensordecedor… pero no era yo quien gritaba, era ella que yacía boca arriba, con los ojos bien abiertos, mientras seguía durmiendo.
La miro de reojo y con desconfianza, es muy alharaca hasta para gritar.
A veces quisiera que fuese distinta, pero la amo.
Es tan dramática, estrambótica, busquilla, vividora y hasta mal genio a veces.
Yo solo la observo.
Esta vez me posesione del cuerpo y no dejaré que gesticule con sus manos.
Era solo una pesadilla, con sus fantasmas del pasado que se van junto a mi Gasparin, ese que aun ronda por estos sitios luminosos y a veces oscuros de la Web, con su paleta de colores en el morral.

Se siente tan vacío desde que te fuiste, por ello no le dejo gritar hasta que vuelvas, la tengo amordazada. Solo sus manos, a veces, se manifestaran en palabras.

Hoy escribo yo, sin tanto talento, sin tanta pasión.
Dejémosla descansar, mientras poco a poco se va decantando tanta experiencia deliciosa de verdes, azules y lilas.
La dama de los cerezos desea retornar, pero, aun sus fantasmas la persiguen. Yo la cuido y la alimento mientras tanto.
Duerme tranquila, duerme en paz, se viene un año completo en que divagaras como una loca y escribirás, claro que si. Por hoy descansa, pero por favor, sin tanta paz, no sea que termines realmente "descansando en paz".

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