jueves, 30 de octubre de 2008

De esvásticas, trisqueles y otros


El trisquel es un símbolo formado por tres cuerpos que giran alrededor de un mismo eje, el nombre procede del celta bretón y significa “tres alas”. Popularmente ha sido calificado como símbolo celta, pero la verdad es que ya se conocen representaciones de este tipo desde el neolítico, miles de años antes que naciera el primer celta, y, además, lo encontramos en el arte popular de otros muchos pueblos del mundo sin relación entre sí, así, por ejemplo, lo puedes encontrar en el arte japonés.
Por ejemplo se han encontrado trisqueles prerromanos (trescelas dextrógiras y levógiras) en Vizcaya, en las estelas encontradas en Meñaca, Dima y Zamudio
Se han hallado numerosos trisqueles en forma de Petroglifos grabados en la piedra; tales vestigios son muy comunes en las Comunidades Autónomas españolas de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco.
Ahora, el trisquel o trinacria celta es un símbolo geométrico y curvilíneo formado por una cruz de tres brazos en espiral que se unen en un punto central configurando una forma en hélice.

Según la cultura celta, el trisquel representa la evolución y el crecimiento. Representa el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu. Manifiesta el principio y el fin, la eterna evolución y el aprendizaje perpetuo. Entre los druidas simbolizaba el aprendizaje, y la trinidad Pasado, Presente y Futuro.

Según esta cultura, los druidas eran los únicos que podían portar este símbolo sagrado. Como talismán, era utilizado para aliviar fiebres y curar heridas.
Asignarle un único significado a un símbolo que se repite en muchas culturas y durante miles de años sería algo irresponsable. En la cultura celta o atlántico, suele atribuírsele un valor solar o, más en general, astral. Es, además, considerado un símbolo de buena suerte y profiláctico, que protege a la persona, animal o cosa que lo porta contra el mal de ojo o la influencia de demonios o brujas. Por ejemplo, en Asturies, desde la Edad Media los trisqueles (también los tetrasqueles, hexapétalas y otros tipos de rueda solar) solían tallarse o pintarse en las paredes de madera de los hórreos para proteger la cosecha que allí se guardaba y no son raros los ejemplos donde aparece asociado a otro símbolo relacionado con una deidad solar, la cruz cristiana.
Ese valor profiláctico que aún podemos rastrear etnográficamente hoy en día en Asturies y en otras partes del oeste de Europa, puede darnos pistas para interpretar sus apariciones en estelas funerarias, armas y otros objetos vinculados con el mundo guerrero de época celta e incluso posterior, donde debió servir de protección "mágica" a los soldados que entraban en batalla y que los portaban.
Esto parece plausible pero, si son símbolos vinculados a los guerreros, ¿qué pintan en el arte medieval celta que es profundamente cristiano? Para explicar eso se ha dicho que, el trisquel, seguiría funcionando como amuleto contra el mal o que sus tres brazos simbolizaban la Santísima Trinidad.
También existen interpretaciones pseudo-esotéricas de que simbolizan tres elementos (agua, fuego y aire), o que si gira hacia la izquierda significa una cosa y hacia la derecha otra distinta y tonterías por el estilo.
La esvástica nazi sería más bien un tetrasquel porque tiene cuatro brazos, siendo equiparables los significados de trisquel y tetrasquel, por lo que sí existe una relación, sería meramente “formal”, pero que no pasa de ahí.

(Sauvástica budista en una campana de bronce en Japón)

(Sauvástica en un mosaico romano del siglo II hallado en Túnez)

El nazismo tenía un trasfondo esotérico muy fuerte, Hitler se rodeó de magos, astrólogos y adivinos por los que se dejaba aconsejar, pretendían revivir una pasada pretendida edad de oro germánica perdida por la relación del pueblo ario-alemán con otras razas inferiores como los mediterráneos o los eslavos, para ello intentaron recrear el mundo germano como ellos se lo imaginaban, construyeron templos y practicaron rituales dedicados a las deidades germano-vikingas y retomaron su simbología de la que formaban parte la esvástica y el alfabeto rúnico.
Terminaron convirtiendo un símbolo solar al que se suele asociar la buena suerte en algo terrorífico que trajo la oscuridad y la muerte a Europa de 1933 a 1945.
Personalmente, entre la cruz celta, la esvástica y el trisquel, prefiero este último como símbolo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que buen post! felicito por ello...