No importa de donde venga,toda esa estupidez.
Mujeres, hombres,
mujeriegos, hombreriegas,
mujer objeto, hombre objeto...
humano objeto
igual deshumanización
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Así, Dios los cría
Y la estupidez los junta
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La madre borrega, día a día y con gran pesadumbre, cuidaba e intentaba que su hija, la ovejita negra, perteneciera al rebaño.
Un día, ovejita negra le dijo con gran alegría a su madre:
Mamá!
Ya no quiero ser oveja negra. Deseo tener miles de colores
Su madre borrega se puso muy triste. Finalmente se dio por vencida y la dejo ir por ese mundo tan peligroso, lejos del pastor que las cuidaba.
Hoy la ovejita negra, tiene una tienda de chalecos coloridos, donde le va muy bien.
Guarda como un tesoro el vellocino de su madre, la que fue sacrificada hace años por el pastor, como recuerdo de muchas buenas lecciones.
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Estamos rodeados
los borregos balan sin cesar
pero no huyen del desastre
esperan que Dios envíe ayuda
cri-cri…
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Nos crían,
nos alimentan,
nos “adiestran”
nos esquilan
y nos siguen
reeducando,
aleccionando.
Sacándonos lana
hasta la muerte…
Pero, un día
deseo algo distinto.
No andar trasquilada
ni cerca del rebaño.
Me voy por el campo
Brinco y tomo
lo que me corresponde
saco la lengua al ovejero
que también acata
y me compro un chaleco...
Me arrancaran la cabeza!!"
Mejor escondo
mi chaquetilla a rayas
o eso pasará
cualquier día de estos
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Y si no era roja la caperucita?
Y si el bosque, no era bosque, era ciudad?
y si ella no era tan inocente?
Y si no existiera el príncipe azul?
Y si nunca le dieron el beso a la durmiente bella?
Y si el lobo fuese más amable?
Y si la bruja era hada?
Y si la oveja negra, no es la mala?
y si... y si...
y si mañana dejamos de ser ovejas?
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Para terminar, una historia, que no es mía:
"En un lejano país existió hace muchos años una oveja negra.
Fue fusilada.
Un siglo después el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas, para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura".
(La oveja negra y otras fábulas, Augusto Monterroso).
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