domingo, 25 de mayo de 2014

Dejar de Escribir

Hace tiempo dejé de escribir, deje de soñar.

Me inmovilicé del todo; para él, nunca sería suficientemente buena escribiendo.

Ya que más da, fue solo un recreo en mi vida. No queda otra, viviendo con un alguien que te dice lo mala que eres, un alguien para que él se sienta un semidiós.

Cuando le conocí,  mis letras fluían, flotaban, se atropellaban en un baile sin fin. Ese día me sentí viva, pero luego ya no más.

Bebimos unas copas tomados de las manos. Conversamos y caminamos por las calles y rincones más alocados de esta ciudad. Una experiencia vital llena el cerebro de mucha sangre y neurotransmisores que se agolpan y hacen que la creatividad aflore

Hoy acompañada de mis gatos pienso en aquello, que fue una real tontería. La cooperación artística nunca funcionó, en este caso  la simbiosis, no era tal.

No te puedes entregar a una relación dejando de lado tu esencia, sea esta buena o mala. Seas buena o mala escribiendo.

Aplastada como mosca, decidí tocar la campana para el final de este recreo.

Hoy no hice almuerzo, pero nadie sintió hambre.

El fuego de la chimenea y el crepitar de los leños, me hace sentir bien. Escribí unas líneas, mientras me tomaba un café.

El está en su habitación pintando algo en sus telas, mis gatas ronronean y se acurrucan.

Creo que es un buen comienzo.


http://dafne-en-viaje.blogspot.com/ Creative Commons License
Esta obra es publicada bajo una licencia Creative Commons.

No hay comentarios: