domingo, 1 de diciembre de 2013

Hogar

Agotamiento, hoy estoy aquí solo por cansancio.
Llevo demasiado tiempo lamentando lo que no se hizo y estoy a mitad de la vida.
No puedes lamentar que tu interlocutor no entienda
Es un poco tarde para volver atrás.

Hogar

Un niño de ojos grandes jugaba con uno de los tantos palitos que encontró entre las matas de un parque  que  ese día el transformó en su jardín.
Picaba y excavaba, mientras los adultos le conversaban y trataban de hacerle entrar en razones
Mucho de lo que decían los dos que le acompañaban, había dejado de entenderlo hacía rato, pues no escuchaba. Estaba más animado en excavar lo más profundo que pudiese en la tierra.
Esta demás decir que ellos son sus padres y que conversaban, pero no se entendían, o quizás no prestaban suficiente atención.
Tampoco comprendían que era aquel agujero que  según ellos y para hacerse los graciosos dedujeron era una trampa para osos.
Cuando finalmente se animaron a preguntar,  él les dijo que construía una casa, un hogar bajo la tierra bien cubierto por las hojas y el pasto, para que no lo vieran, para que no lo destruyeran.
Y mientras seguía cavando el agujero, ellos mantenían la plática, hablando grandilocuencias que versaban sobre el futuro.
Su conversación se mezclaba con los sonidos de unas cotorras, esos loros que hacen unos nidos gigantes en los árboles. Sus Nidos llegan a ser tan grandes que en ocasiones dañan al árbol y lo tumban.
Entonces, el niño abrió aún más sus ojos para fijarse en el cielo y le dieron ganas de volar junto a los loros. Y es que quien puede entender las razones de un niño.
Siguió con su trabajo, puso unas cuantas ramitas que sostenían un techo pequeñito de pasto, hojas y tierra.
Y que era mejor, ¿ser un loro o una chinita?
Cualquier cosa para ser pequeñito nuevamente, más pequeño que nunca.
¿Cabria dentro?, ¿aún había lugar para él?
Cuando se percató que ya había pasado demasiado tiempo, abrazó a su mama estrepitosamente pisando al mismo tiempo aquel techo provisorio.
Es que es esa casa ya no cabían muchas cosas, menos el pie de un niño que salta sobre su presa.
Ya hace mucho tiempo las condiciones para su hogar habían sido destruidas.
Hoy su padre y su madre tenían parejas cada uno por su lado.
Mientras cavaba pensaba: Cada uno por su lado, Cada uno por su lado.

El circunstancial hogar bajo tierra estaba destruido, pero ya no importaba. Entre tanto dialogo en idiomas diferentes no hay cabida a la esperanza y menos dentro de una casa tan pequeña.



 http://dafne-en-viaje.blogspot.com/ Creative Commons License
Esta obra es publicada bajo una licencia Creative Commons.

No hay comentarios: