lunes, 1 de noviembre de 2010

La otra Cara

Mi pareja es muy tosco, muy ogro, nunca está contento con nada. Le molestan los niños, le molesta mi presencia, yo hago todo cuanto está en mis manos para que vivamos en paz, pero no es tarea fácil.

Hace unos meses una amiga mía lo ha visto en la calle y no podía creer que él fuese la misma persona que yo le había descrito (un hombre amargado, insaciable, que nada lo hace feliz, que sólo puede pensar en sí mismo, exige todo sin entregar nada…).
No, no le pareció así, le vio sonriente, riéndose de todo, agradable, atento con las mujeres, caballero, y hablaba de todo… ¡Como un hombre perfecto!

Yo claro, quedé en blanco. “¿Estás segura de que hablas de mi pareja?”

Sí -me dice-, sí, fíjate que me habló y es lo opuesto a lo que tú me describes. Incluso habla con mucha suavidad, educadamente, escuchando, con interés en la opinión de los demás… realmente tu pareja es un encanto.

¡Plop! Perpleja yo no podía creer lo que escuchaba. Era como si me hablasen de otro hombre, no de este que tengo a mi lado que nunca me ha agradecido nada en la vida, todo me lo ha exigido como si se lo debiese, nunca le ha agradado nada ni de mí ni de lo que yo hago, todo le molesta, todo lo manipula para convertirlo en algo “que hice contra él”, sólo tiene malas palabras para mí, nunca le importa mi bienestar ni física ni mental, se burla de mí, me amenaza, me grita, quiere ser siempre el centro de la atención, siempre anda disgustado, desafiante, enfadado y haciéndome pagar todos los platos rotos que él mismo rompe.

Inocentemente le pregunté porqué es tan diferente cuando está fuera de casa…

Y fue un gran error. Montó un enorme escándalo, pero escándalo de verdad, no sabría ni describirlo. Cuestión que mi pregunta sólo sirvió para que se sacie gritándome, echando sobre mí un sinfín de cargas y acusaciones, asegurando que él es igual en todas partes, que no le gusta hablar, que no gusta esto ni aquello, que todo cuanto yo hago es en su contra, que todas mis relaciones son malas, que no soy buena, que todo lo malo que me ha tocado en la vida me lo tengo bien merecido… Siguió gritándome, amenazándome, y degradándome durante 3 largas y angustiosas horas, encerrada en un cuarto sin yo poder escapar ni defenderme. Cualquier intento de defenderme era inmediatamente contestado con más amenazas y peores tratos verbales.

Llegué a la conclusión de que él es así, y que nada ni nadie lo cambiará, nunca cambiará. Él es quien es, y es como es.
Quien tiene que cambiar soy yo. Obligatoriamente soy yo quien tiene que cambiar, o hacia la libertad o hacia la sumisión y rendición total de mi persona.

Bueno amigas, esta historia pasa en muchos lugares, y me temo que pueda ser algo común. Sólo que las doble cara dificulta el verlo en el día a día. Tu amiga que tiene una pareja tan especial, sensible y honesta… igual sufre en casa, donde tú no puedes verles como son en realidad. Igual incluso es algo que te pasa a ti, que me lees, y te identificas con parte de lo que cuento…

Hay personas que en público muestran la cara más amable, pero que en casa son unos maltratadores psicológicos. No golpean, no hacen daño físico por lo que no se nota su maltrato… pero maltratan igualmente, te destruyen igualmente.
Hay que tener mucho cuidado con estas personas, la relación íntima con ellos, especialmente en un mismo hogar puede suponer auténticos horrores. Sólo viven para su propio bienestar, viven para sí mismos, y harán lo que sea para lograr cuanto se proponen sin importar a quien pisoteen en el proceso. No dudarán en pisotearte.

Y peor aún, puesto que fuera utilizan “la cara bonita” te será muy difícil encontrar apoyo, casi nadie podrá creer lo que les cuentes de él, pensarán que eres una exagerada, te dirán que “no es para tanto”, te pedirán aguantar, te dirán que seguramente te lo buscaste, que algo habrás hecho para enfadarle, que aguantes un poco más, “¿qué daño puede hacer un día, un mes, un año más?”.

Tengan cuidado con estas personas, si están viviendo algo así creo que deben intentar salir cuanto antes porque cada día que pasa es un día más de maltratado, un día más de intimidación, un día más en el que él se hace más fuerte y tú más débil… y si esperas demasiado tal vez un día no queden fuerzas para luchar y estarás totalmente en sus manos. Si comienzas a percibir algunas actitudes similares, huye, cada día que pasa te tendrá más atada.

Y tú, amiga, ¿qué me dices de esto?
¿Te resulta familiar esta historia?


(articulo original en http://www.todamujeresbella.com/1246/doble-personalidad/)

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