martes, 13 de abril de 2010

Las Come Adobes


¡Rom, rom, rom!, se escuchaba el sonido, ensordecedor.
¡Rom, rom, rom! y venía un mordisco. ¡Rom, rom, rom! y un trozo menos de la casa del abuelo.
¡Rom, rom, rom!, las máquinas devoraban todo a su paso.
Todo comenzó una madrugada del día en que iría de viaje a Santiago, a casa de mi papá. Mi mamá me despertó muy asustada, no para levantarme, diciendo una palabra que no conocía: Terremoto.
Esa noche todo fue caos y oscuridad, dormimos en el patio, usamos la carpa que, para este año, había quedado guardada, pues el verano lo habíamos pasado en un departamento de Viña.
Al día siguiente, mi mamá salió a recorrer conmigo el pueblo. Esa sensación que tuve por la noche, mientras nos sujetábamos a las paredes para no caer, se repetía con cada casa maltrecha que encontrábamos en el camino.
Hoy visitábamos a don Mario que es un viejo amigo de la familia, un caballero muy amable de Larmahue, cuya casa quedo ladeada, como la Torre de Pisa.
Hoy nuevamente esta todo oscuro, como esa noche, esta vez por el polvo que dejaban las maquinas devora adobes.
En esta ocasión el dolorcito en el estomago ya no estaba, sabíamos que esas “come adobes”, no eran mostruos, dejarían libre el camino para reconstruir, pues la torre de Pisa, solo es linda vista de paseo por Italia.

http://dafne-en-viaje.blogspot.com/
Creative Commons License
Esta obra es publicada bajo una licencia Creative Commons.

No hay comentarios: